
Arquitectura vernácula
En un país tan diverso y lleno de historia como México, la arquitectura vernácula es mucho más que una tendencia: es identidad, memoria y resistencia. Desde los techos de palma en las costas hasta las casas de adobe en el norte, este tipo de arquitectura nace de la tierra, del clima, de las costumbres y de las manos que la construyen.
Hoy, más que nunca, los arquitectos contemporáneos están volviendo la mirada hacia estas formas tradicionales de construir. ¿Por qué? Porque ofrecen respuestas sostenibles, funcionales y profundamente humanas a los desafíos de la vida moderna.
Materiales como el adobe, la piedra, el bajareque y la madera, técnicas como el enjarre natural, y estrategias bioclimáticas como los patios interiores o los techos inclinados, son retomadas y reinterpretadas con sensibilidad y respeto. Ya no se trata solo de preservar lo antiguo, sino de integrarlo inteligentemente a las necesidades actuales.
En un mundo dominado por el concreto y el acero, la arquitectura vernácula mexicana nos recuerda que es posible construir con lo que tenemos a mano, respetando el entorno y celebrando nuestras raíces.
Es hora de revalorar lo nuestro, no solo como símbolo cultural, sino como alternativa viable y poderosa hacia un futuro más sustentable y auténtico.
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